Los compresores suministran el flujo de aire para que funcione el sistema de ciertos productos. Los compresores de aire funcionan en dos fases: la operación de compresión y la operación de liberación. Hay dos tipos de compresores, desplazamiento positivo y dinámico (también llamado centrífugo).

Al igual que un pequeño motor de combustión interna, un compresor de pistón convencional tiene un cigüeñal, una biela y un pistón, un cilindro y una cabeza de válvula. El cigüeñal es impulsado por un motor eléctrico o un motor de gas. Si bien hay modelos pequeños que se componen solo de la bomba y el motor, la mayoría de los compresores tienen un tanque de aire para contener una cantidad de aire dentro de un rango de presión preestablecido. El aire comprimido en el tanque impulsa las herramientas neumáticas, y el motor se enciende y apaga para mantener automáticamente la presión en el tanque.

Hoy en día, sin embargo, los compresores de aire generalmente se encuentran en las fábricas donde se ensamblan los productos o en la mayoría de los lugares donde se da servicio a los automóviles, como estaciones de servicio y talleres automotrices. La lista de herramientas que funcionan con aire comprimido es larga, pero algunas de las herramientas neumáticas más comunes incluyen las siguientes:

Taladros

Muelas

Pistolas de clavos

Lijadoras

Pistolas pulverizadoras

Grapadoras

Los compresores de aire, y lo que es más importante, el funcionamiento interno de dicha maquinaria que hace posible transformar el aire en energía, entran en esta última categoría. Desde taladros neumáticos hasta unidades de aire acondicionado, una amplia gama de herramientas y máquinas accionadas por aire son responsables de la comodidad, el refugio, la automatización y la eficiencia de la vida cotidiana.

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